jueves, 29 de diciembre de 2016

Toma tu corazón roto y transformalo en arte

Carrie Fisher, famosa por interpretar a la princesa Leia, dijo una vez a Meryl Streep: "Toma tu corazón roto y transfórmalo en arte´".
Los fanáticos de la Saga la guerra de las galaxias están de luto, la actriz que dio vida a la princesa Leia, ha muerto de un paro cardíaco. Pero lo bueno se toma y se deja para el legado.
La actriz estadounidense, famosa por su papel de princesa Leia en Star War, ha fallecido a los 60 años tras haber sufrido un infarto el pasado viernes
El portavoz de la familia, Simon Halls, publicó una declaración en nombre de la hija de Fisher, Billie Lourd: "Con una tristeza muy profunda, Billie Lourd confirma que su amada madre Carrie Fisher falleció a las 8:55 de esta mañana", dice la declaración. "Ella era amada por el mundo y ella se extrañará profundamente. Nuestra familia entera le agradece por sus pensamientos y oraciones", añade la nota según People.

Fisher llevaba hospitalizada desde el pasado viernes cuando sufrió un paro cardíaco durante el aterrizaje del vuelo que cubría la ruta Londres- Los Ángeles. Minutos después de conocerse el fallecimiento Mark Hamill, más conocido como Luke Skywalker, publicaba una fotografía del primer film junto a Fisher. "Sin palabras... devastado", ha escrito Hamill.

 Los artistas de la lana, y fanáticos de la Saga, tienen sus diseños de la princesa en amigurumis. Y hoy rinden su homenaje. 

jueves, 22 de diciembre de 2016

El reinado del encaje


La historia del encaje se confunde con la del bordado. El encaje es, a diferencia del bordado, un tejido que no se soporta sobre otro. Es decir, el hilo que forma el dibujo del encaje es a su vez el hilo del tejido que forma la totalidad del encaje.

Un encaje puede ser grueso o fino, según sea el hilo utilizado; y sencillo o complicado, según el número de pasadas y la cantidad de hilo que precise el dibujo elegido. Así, vemos que existen encajes sencillos de red junto a otros con complicados dibujos florales, cuyo diseño necesita horas de elaboración, sea a mano o a máquina. Su valor dependerá de todos estos factores.

El origen del encaje es bastante incierto, lo que se sabe es que el encaje de aguja deriva del bordado y el encaje de bolillo del tejido. La técnica del tejido es bastante antigua, de hecho se han encontrado restos en los trajes ceremoniales egipcios, especialmente de las últimas dinastías. Los asirios, en cambio, fueron aficionados a los bordados en franjas y adornos de toda clase, atribuyéndose les a ellos el origen de la pasamanería, que luego pasa a los persas, de estos a los árabes y por su intermedio a España.



Para el siglo XIV, en España ya se ejercitaban las labores de encaje de aguja y al bolillo en varias poblaciones de la Península Ibérica; de hecho es en este siglo que aparece en los archivos el nombre encaje. Sin embargo, los italianos aseguran que este arte pasó a Italia en los tiempos en que los egipcios fueron colonia romana y desde hace siglos se han disputado su paternidad.

En todo caso, el extraordinario y creciente uso que se hacía de estas manufacturas en los siglos XVI y XVII para golas o gorgueras, cuellos, vuelillos en las bocamangas, cortinajes, etc., contribuyó grandemente al desarrollo de esta industria y a que se fundaran centros muy activos de la misma durante dichos siglos en toda Europa, sobre todo en Italia, Francia, Estados flamencos, Inglaterra y España.De aquí se originaron gran variedad de puntos.

España posee encajes autóctonos tanto de aguja como a bolillo. Por ejemplo: el frisado de Valladolid, el encaje autóctono de Castilla, elaborado a la aguja con hilos metálicos en oro y plata. Por su finura y delicadez, estos encajes eran muy cotizados en las Cortes españolas.

Otro tipo de encaje a la aguja es el denominado soles, y de este existe una variedad dependiendo la región geográfica en donde se los elabore; los salmantinos, cacereños, Tenerife, Cataluña… estos se utilizan sobre todo para prendas de vestuario como camisas, interiores y lencería del hogar.


Se llama blonda al encaje de seda (del francés blond, rubio) pues en los comienzos de su confección en Francia, solía tener color amarillo.

En España también se utilizaron los encajes numéricos hechos de 12 bolillos o puntas de cinta. Se distinguen los de Talavera de la Reina (siendo los más suntuosos), el numérico catalán, que se realizaba con hilo de lino utilizado para caporales litúrgicos, puños, cuellos, vuelos y ajuares de novia; y, en numérico extremeño, conocido también como brujo o de la bruja, utilizado para vesti- menta femenina y cortinajes.



LA FASTUOSIDAD DEL ENCAJE

El encaje ha sido uno de los elementos indicadores del estatus social en toda época, siendo signo de riqueza, jerarquía y poder. De ahí que era utilizado solamente por reyes, nobles y personajes de la alta burguesía. Con la llegada del Renacimiento y el Barroco, se intensifica su uso en la indumentaria de la monarquía española, trasladándose también a la de Versalles (Francia) así como a las demás cortes europeas.

Para 1650, la ciudad de Venecia (Italia), se convierte en la reina del punto de aguja, o punto de Venecia propiamente dicho. El alto costo de estos encajes hace que en Francia se promulgue una ley: “Les Manufactures Royales du Point de France”, para promover la creación de centros de elaboración de “dentelles” (encajes) y, así, surgen estilos propios en varias regiones francesas; los más conocidos: la dentelle de Chantilly, la dentelle de Alençon, de Cluny, la Blonde de Caen, etc.

A partir de la dinastía de los borbones, se acentúa la influencia del estilo francés en el mundo del encaje. España está para entonces fuertemente influenciada por los estilos italianos y franceses, por lo que el Rey hispánico, Felipe V, decide proteger el encaje español, promulgando a su vez una ley que prohíbe el uso de encajes extranjeros.

En el siglo XVII, el oficio de encajera adquiere mucha importancia y se desarrolla por toda Europa. La prosperidad económica de Flandes (Países Bajos), donde abunda el lino, importante materia prima para elaborar finos encajes, propicia la creación de estilos propios, entre los que destaca el punto de Flandes o punto de Inglaterra.

La especialización de los centros europeos es la característica de este siglo, es así que en Bélgica surge la gasa de Bruselas realizada a la aguja y el encaje denominado Duquesa Clásica de Brujas. En definitiva, muy tempranamente el encaje se convierte en un producto mercantil, España, que en un principio fue el centro de exportación hacia Flandes, Francia e Italia, pierde su jerarquía en estos países, pero posteriormente lo introduce en América.

En 1809, el inglés John Heathcoat diseña una máquina capaz de crear un fondo similar al tul manual y que constituiría el punto base de muchos encajes manuales. Pocos años más tarde (1830), Josep Leavers inventó una máquina que permitía crear un tul mecánico añadiéndole a su vez los motivos que se quisiera.

Para el siglo XX y el encaje de bolillo, poco a poco, sin perder su importancia como arte suntuario, queda relegado al de producción industrial y las encajeras, que hasta mitad del siglo XIX habían contribuido con su confección y venta a la economía familiar, empiezan a desaparecer y en el mejor de los casos su labor queda confinada al ámbito del hogar.


Los hilos preferidos para los encajes son siempre los de seda y lino por su finura y resistencia, y sólo para encajes o puntillas muy vulgares se hace uso del algodón o equivalente.


EL GUIPUR

La denominación guipur no está relacionada con un tipo de encaje en particular, sino que es utilizado para indicar los tipos de encaje pesados y anchos sin fondos o enrejados específicos; es decir, es un tipo de encaje duradero que se suele utilizar para la creación de mantelería y de vestidos.

El término guipur aparece por primera vez en la literatura inglesa alrededor del año 1862. Incluso Víctor Hugo hace referencia a él en su obra ‘Los miserables’: “Dio a Cosette un vestido en encaje de guipur de Binche, que había pertenecido a su abuela…”.




EL ENCAJE Y LAS NOVIAS
Sea cual sea la inspiración y la época en la que se enmarque un vestido de novia hay un tejido que siempre ha estado ahí, como protagonista estelar o en forma de secundario de lujo. El encaje, con sus sutiles transparencias, sus delicados dibujos y sus finísimas tramas, encaja a la perfección con el carácter romántico y femenino que busca cualquier novia.

El encaje es, sin duda, el tejido por excelencia, para las novias más tradicionales y románticas. Una característica que tiene el encaje es de darle al traje de novia un aire vintage muy particular. Las pasarelas y los diseñadores actuales se han dejado impregnar por esta tendencia que evoca delicadeza y romanticismo, en uno de los días más especiales de la vida de cualquier mujer. Sin embargo, a veces es difícil encontrar el punto justo, la caída exacta, la textura precisa entre la ligereza y el exceso de ornamentación.

Si te gusta el encaje y quieres lucirlo en tu boda, aquí tienes algunas ideas que te pueden servir de inspiración. Como lo explicamos antes, existe una gran variedad de tipos de encaje, y normalmente suelen clasificarse según su manera de elaboración:

•Encajes de aguja. Este tipo de encaje se realiza completamente a mano utilizando tan solo agujas o ganchos. Son muy laboriosos y exquisitos, entre este tipo de encajes podemos destacar el encaje de Venecia, el de Bruselas o el Alençon.

• Encajes de bolillo. Se trata de un tipo de encaje de elaboración tradicional y artesanal. Seguro que habéis visto en el pueblo a las abuelitas haciendo encaje de bolillos. Para realizar este tipo de encaje se necesita una almohadilla, bolillos, alfileres, hebras de fibra vegetal y una plantilla de cartón con el diseño que se quiere realizar. Dentro de este tipo de encaje encontramos el Valencienne o el Chantilly.

• Encajes hechos a máquina. Se realizan en telares y existen diferentes técnicas. Sin duda, se trata de los más económicos, aunque no por ello son menos bonitos.

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martes, 20 de diciembre de 2016

Corazón de Lana

Una joven madre de una pequeña de 1 año nueve meses, y su mamá perdieron casi todo, cuando ayer en la tarde un incendio arrasó casi por completo su vivienda.

Las perdidas materiales ocasionadas por este siniestro dejó con lo puesto a Camila y su familia, ocurrido cerca de las 14: 30 hrs. Afortunadamente no hubo que lamentar víctimas por el paso arrollador del fuego. Por suerte alcanzó ella a sacar a sus mascotas, a su hija y madre del lugar. En breves dos minutos ya no quedaba casi nada del inmueble. Se piensa que es una falla eléctrica, pero en 10 días más la PDI entregará un informe.


Es por este motivo que iniciamos una campaña solidaria en beneficio a Camila Marquez tejedora de amigurumis y miembro de Crochet Chile Ya que necesita de la unión de nuestras amigas crocheteras.

Agradecemos de antemano la ayuda que nos pueda proporcionar.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Mochilas Wuayuú



Arte Colombia

Los Wuayuú son una etnia indigena, que conserva sus tradiciones, entre ellas el oficio de la tejeduría, enseñado según el mito de la araña o walé kerü.

Habitan en la península de Guajira limitando con Venezuela esta comunidad de estructura matriarcal se ha adaptado a las inclemencias del clima de un desierto ubicado frente al mar Caribe.

Las mochilas se elaboran en crochet (técnica introducida por los misioneros católicos a principios del siglo XX)

Los coloridos de sus productos se deben principalmente a que al llegar el período de colonización, fueron influenciados por los españoles en el uso de hilos acrílicos que venían en múltiples colores. 

La comercialización de sus productos, principalmente de la mochila, cobra cada vez más fuerza en todo el territorio nacional, e incluso se ha convertido en una pieza artesanal tradicional de Colombia para el mundo.


Wale’ Kerü (la araña)

El tejido para el pueblo wuayúu más que una práctica cultural y una herencia de sus ancestros, es una forma de concebir y expresar la vida tal como ellos la sienten y la desean.

Según cuenta la historia, la araña o Wale’ Kerü fue quién le enseñó a tejer a la mujer Wayúu. Wale’ Kerü es una araña tejedora que cuando amanecía ya tenía hechas fajas y chinchorros, y hacía siempre sus dibujos antes de la primavera.

Los Wayúu entonces le preguntaban cómo las había hecho, entonces la araña empezó a contarles. Cuentan que Wale’ Kerü enseñó primero a una sola mujer. Esa mujer luego contó que la araña les enseñaría a tejer si ellas le daban un burro o una cabra, y entonces allí los Wayúu le dieron sus prendas y collares.

La historia también dice que Wale’ Kerü se enamoró de un Wayúu, se fugó con él y al él llevarla donde su familia la madre del wayuu le dijo: “Toma este material para que hagas fajas” y Wale’ Kerü se comió todo el algodón y luego de su boca empezó a salir el hilo ya torcido y preparado para tejer. 

Wale’ Kerü enseñaba a las muchachas que permanecían en el encierro, les pedía mucha atención, que no miraran para los lados, que no se distrajeran, pues ella no podía estar enseñando siempre.


Fibras e hilos

Los Wayúu hilan el algodón silvestre, el magüey en mecha, el aipis y otras fibras naturales propias de la región. Tuercen cintas de cuerdo de chivo o de res para formar hilos, cuerdas y cordeles. Retuercen el algodón y la lana industrial para los tejidos finos, además de los hilos gastados que reutilizan en los tejidos “de segunda”. Ya sea “en pierna”, o con la ayuda del huso, los Wayúu tuercen y retuercen hilos en forma de “S” o en “Z”.

Mochilas en crochet o ganchillo, con diseños de vivos colores en algodón fino o de segunda, pueden ser de corte circular, cuadrado o rectangular. Las de corte circular presentan diferentes partes: la base que a veces lleva una borla; el cuerpo; la boca que lleva un cordón de cierre y un asa sostenida. 

Entre las mochilas de crochet de corte circular encontramos: la Susuchon, la Susu de “diario” y la ainiakajatu.

La Susu de “diario” es una mochila de tamaño mediano que cargan los Wayúu a donde quiera que van. En ella guardan objetos de uso personal, elementos de trabajo, el dinero o el tejido que están realizando en el caso de las mujeres. Esta mide entre 20 y 30 cm de ancho por 35 cm de alto.

Son elaboradas en lana, en algodón fino e hilazas de vivos colores y en curricán en color crudo, con todo tipo de diseños geométricos. En ocasiones, presentan una pequeña tetilla de flecos cosida a su base.

Simbología Wayúu

El tejido Wayúu es rico en diseños tradicionales llamados kaanás (arte de tejer dibujo). Esta técnica ancestral se remonta al periodo precolombino y se emplea en la elaboración de piezas que por su gran belleza y colorido son las más apreciadas entre los Wayúu.

Los motivos tradicionales de los kanaas son la expresión más auténtica del modo como los wayuu interpretan y abstraen elementos de su mundo material, de su vida cotidiana, para crear figuras estilizadas de gran simbolismo, entre ellos se destacan los genitales de asnos, los caparazones de tortugas y las constelaciones de estrellas, entre otros.

Estas son generalmente composiciones geométricas que se repiten a modo de greca a todo lo largo de los tejidos, cada uno de los cuales recibe un nombre que expresa su significado, como por ejemplo:


Pulikerüüya, como la vulva de la burra.




Molokonoutaya, como el caparazón del morrocoy.



Pasatalo’ouya, como las tripas de la vaca.


Kuliichiya, como el tejido formado por las varas del techo.



Siwottouya, como la huella que deja en la arena un caballo maneado.



Marüliunaya, como el grabado que se le hace al totumo en el ordeño.



Jalianaya, la madre de kanaas.



Pa’ralouas, que está por encima uno del otro.



Kalepsü, como el gancho de madera empleado para colgar objetos de los techos.




Antajirasü, que se entrecruzan.



Jime’uya, ojo de un pescado.


Ule’sia, limpio.







“Wayúu” desde el año 2011 fue declarada como una Denominación de origen con la cual se pretende proteger los derechos de propiedad intelectual de esta comunidad indígena de artesanos. La titularidad de la denominación está en cabeza del Resguardo Indígena Wayúu.