"El crochet o ganchillo es, quizá, la forma más simple de tejido, consiste en hacer una serie de puntos a través de otros ya hechos, para formar una cadena. Esto puede realizarse con los dedos, pero generalmente se utiliza un gancho, que facilita y acelera el trabajo al tiempo que permite hacer tejidos más delicados y elaborados.
El término CROCHET se deriva de la palabra francesa CROCHE, que significa "gancho"
1934 |
Es difícil seguir la historia de esta forma de tejido, no solamente porque el producto es perecedero, sino también porque, antiguamente, el límite entre una artesanía y otra no podía definirse con claridad. En algunas partes del mundo, por ejemplo, se utilizaban agujas que tenían ganchos en la punta muy similares a los actuales. El sentido común nos sugiere que el hombre debe haber descubierto las simples ventajas del gancho como instrumento para manejar una hebra, mucho antes de crear los complejos procesos y herramientas que se utilizan para hacer los hilados y tejidos. Sin embargo, la evidencia tangible indica que , en la Edad de Piedra, se practicaba ya una especie de tejido; el tejido en bastidor floreció durante mil años, antes de que fuera suplantado por el tejido a mano, aproximadamente al comienzo de la Era Cristiana; y la más antigua evidencia del crochet data sólo de la Edad Media, No obstante, es mejor no aceptar literalmente este orden de cosas, las primeras muestras de telas hiladas y tejida, dan la impresión de que la humanidad ya dominaba estas técnicas a un grado que desafía cualquier explicación, y en una época en la cual la historia todavía no era registrada. De cualquier manera, no es factible que lleguemos a conocer el largo y complicado proceso de desarrollo que tuvo lugar antes de que se consiguiera ese grado de perfección.
Las pruebas de que disponemos actualmente sugieren que los pastores y marinos de la Europa medieval hacían toscas vestimentas con lana procesada a mano, utilizando ganchos de hueso, de fabricación casera. Este método recuerda tal vez el empleado en el crochet tunecino (afgano). Este tipo de crochet, que se realiza con un gancho largo, se parece un poco al tejido de aguja y, de hecho, evolucionó probablemente de las técnicas de tejido que se desarrollaron en el Medio Oriente, antes de Cristo.
Asimismo, existe cierta evidencia de que en la América prehispánica se practicaba y aun tipo de crochet, principalmente al sur del continente. No obstante, la artesanía que hoy conocemos como crochet es producto, esencialmente, de una tradición europeas, cuya trayectoria puede trazarse desde antes del Renacimiento y que parece haber sido meramente decorativa y no práctica, cuando menos hasta épocas recientes.
1800 |
Antes del Siglo XVI, el crochet era simplemente una alternativa para hacer encaje, si bien poco a poco fue adquiriendo su propia identidad. Generalmente, eran las religiosas quienes lo realizaban, y por eso se le conocía como "encaje de monja" o "labor de monja". Las religiosas lo enseñaban a las hijas de la aristocracia y, con el tiempo, llegó a convertirse en el pasatiempo favorito de las damas primero en Italia, y posteriormente en España y Francia. Cuando a finales del siglo XVIII, la Revolución Francesa obligó a las familais nobles a refugiarse en el exilio, éstas introdujeron el crochet en las tierras en donde se establecieron, es decir, en Irlanda, Inglaterra y los países del norte de Europa.
Durante el siglo XVII se utilizó el gancho crochet para realizar un nuevo tipo de bordado, inspirado en un arte hindú, que se puso de moda en Europa, Esta técnica, conocida como "trabajo de tambor", debía su nombre al hecho de que la tela se colocaba estirada en un bastidor redondo a semejanza, precisamente, de un tambor, El punto de cadena se trabajaba con un gancho delgado. Esto se llama "crochet de superficie". Fue tal vez el auge del trabajo de tambor, y la reciente popularidad del gancho con el cual se realizaba, lo que estimuló el interés por el crochet sin soporte, conocido como "crochet del aire".
De cualquier forma, el potencial creativo del crochet al aire permaneció inexplorado. Seguía considerándosele, en esencia, como una forma de hacer encaje. Sus practicantes limitaron sus esfuerzos a copiar algunos de los principales tipos de encaje, tales como el español, el veneciano, el estilo renacimiento, el guipures, el gorgorán, el deshilado y la redecilla, que se habían desarrollado plenamente en toda Europa. Sin embargo, esta tradición del encaje produjo en Irlanda un estilo diferente y extremadamente bello. Aunque es básicamente un fino tipo de encaje, el crochet irlandés tiene una textura profunda y casi estructural, lograda por la ingeniosa utilización de cuerdas acolchadas, nudos, macizos y canales dentro de la misma estructura del tejido. Aun cuando los diseños siguen ciertas reglas de estilo, requieren para su realización de habilidad e imaginación, ya que son composiciones de motivos separados que representan en formas naturales como flores, frutas y hojas. (cada una de las cuales tiene su propio significado simbólico) que se unen en un fondo de red hecho con bucles, cadenas y picos.
Fue precisamente en Irlanda donde, a mediados del siglo XIX, el crochet se convirtió en industria. La terrible pobreza general provocada por la carestía de la papa, se vio parcialmente aliviada por la deliberada estimulación del crochet como industria casera. Se dice que proyecto fue iniciado por la madre superiora del convento de la Presentación en Youghal, Country Cork, quien copió en crochet una pieza de encaje convencional y alentó a sus monjas para que salieran a enseñar a la gente a hacer el trabajo en sus propias casas. Con el tiempo, el crochet Irlandés se exportó a otros países, principalmente a Inglaterra, en donde se utilizó profusamente para adornar los atuendos para las damas. Debido a que este tipo de encaje podía hacerse más rápidamente que otros, y en consecuencia, era más económico, recibió el calificativo de "encaje de pobre".
Entre los años 1020 al 30 se gestaron muchas empresas tanto de moda como de cosmética, En las noticias de la época en un artículo del New York Times analiza maneras de ayudar a los necesitados y menciona algunas de las habitaciones que están disponibles que han sido decoradas con “yardas y yardas de ganchillo”, muestra cómo el arte puede dar un toque hogareño a cualquier ajuste, algo que todos reconocemos hoy también!
Algunos de los diseñadores del ganchillo popular de este tiempo incluido Mary Card y Anna Valerie. del año 1930 ellos presentaron diseños alrededor de este tiempo a distintos lugares como Ladies Home Journal magazine.
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