jueves, 1 de diciembre de 2016

Mochilas Wuayuú



Arte Colombia

Los Wuayuú son una etnia indigena, que conserva sus tradiciones, entre ellas el oficio de la tejeduría, enseñado según el mito de la araña o walé kerü.

Habitan en la península de Guajira limitando con Venezuela esta comunidad de estructura matriarcal se ha adaptado a las inclemencias del clima de un desierto ubicado frente al mar Caribe.

Las mochilas se elaboran en crochet (técnica introducida por los misioneros católicos a principios del siglo XX)

Los coloridos de sus productos se deben principalmente a que al llegar el período de colonización, fueron influenciados por los españoles en el uso de hilos acrílicos que venían en múltiples colores. 

La comercialización de sus productos, principalmente de la mochila, cobra cada vez más fuerza en todo el territorio nacional, e incluso se ha convertido en una pieza artesanal tradicional de Colombia para el mundo.


Wale’ Kerü (la araña)

El tejido para el pueblo wuayúu más que una práctica cultural y una herencia de sus ancestros, es una forma de concebir y expresar la vida tal como ellos la sienten y la desean.

Según cuenta la historia, la araña o Wale’ Kerü fue quién le enseñó a tejer a la mujer Wayúu. Wale’ Kerü es una araña tejedora que cuando amanecía ya tenía hechas fajas y chinchorros, y hacía siempre sus dibujos antes de la primavera.

Los Wayúu entonces le preguntaban cómo las había hecho, entonces la araña empezó a contarles. Cuentan que Wale’ Kerü enseñó primero a una sola mujer. Esa mujer luego contó que la araña les enseñaría a tejer si ellas le daban un burro o una cabra, y entonces allí los Wayúu le dieron sus prendas y collares.

La historia también dice que Wale’ Kerü se enamoró de un Wayúu, se fugó con él y al él llevarla donde su familia la madre del wayuu le dijo: “Toma este material para que hagas fajas” y Wale’ Kerü se comió todo el algodón y luego de su boca empezó a salir el hilo ya torcido y preparado para tejer. 

Wale’ Kerü enseñaba a las muchachas que permanecían en el encierro, les pedía mucha atención, que no miraran para los lados, que no se distrajeran, pues ella no podía estar enseñando siempre.


Fibras e hilos

Los Wayúu hilan el algodón silvestre, el magüey en mecha, el aipis y otras fibras naturales propias de la región. Tuercen cintas de cuerdo de chivo o de res para formar hilos, cuerdas y cordeles. Retuercen el algodón y la lana industrial para los tejidos finos, además de los hilos gastados que reutilizan en los tejidos “de segunda”. Ya sea “en pierna”, o con la ayuda del huso, los Wayúu tuercen y retuercen hilos en forma de “S” o en “Z”.

Mochilas en crochet o ganchillo, con diseños de vivos colores en algodón fino o de segunda, pueden ser de corte circular, cuadrado o rectangular. Las de corte circular presentan diferentes partes: la base que a veces lleva una borla; el cuerpo; la boca que lleva un cordón de cierre y un asa sostenida. 

Entre las mochilas de crochet de corte circular encontramos: la Susuchon, la Susu de “diario” y la ainiakajatu.

La Susu de “diario” es una mochila de tamaño mediano que cargan los Wayúu a donde quiera que van. En ella guardan objetos de uso personal, elementos de trabajo, el dinero o el tejido que están realizando en el caso de las mujeres. Esta mide entre 20 y 30 cm de ancho por 35 cm de alto.

Son elaboradas en lana, en algodón fino e hilazas de vivos colores y en curricán en color crudo, con todo tipo de diseños geométricos. En ocasiones, presentan una pequeña tetilla de flecos cosida a su base.

Simbología Wayúu

El tejido Wayúu es rico en diseños tradicionales llamados kaanás (arte de tejer dibujo). Esta técnica ancestral se remonta al periodo precolombino y se emplea en la elaboración de piezas que por su gran belleza y colorido son las más apreciadas entre los Wayúu.

Los motivos tradicionales de los kanaas son la expresión más auténtica del modo como los wayuu interpretan y abstraen elementos de su mundo material, de su vida cotidiana, para crear figuras estilizadas de gran simbolismo, entre ellos se destacan los genitales de asnos, los caparazones de tortugas y las constelaciones de estrellas, entre otros.

Estas son generalmente composiciones geométricas que se repiten a modo de greca a todo lo largo de los tejidos, cada uno de los cuales recibe un nombre que expresa su significado, como por ejemplo:


Pulikerüüya, como la vulva de la burra.




Molokonoutaya, como el caparazón del morrocoy.



Pasatalo’ouya, como las tripas de la vaca.


Kuliichiya, como el tejido formado por las varas del techo.



Siwottouya, como la huella que deja en la arena un caballo maneado.



Marüliunaya, como el grabado que se le hace al totumo en el ordeño.



Jalianaya, la madre de kanaas.



Pa’ralouas, que está por encima uno del otro.



Kalepsü, como el gancho de madera empleado para colgar objetos de los techos.




Antajirasü, que se entrecruzan.



Jime’uya, ojo de un pescado.


Ule’sia, limpio.







“Wayúu” desde el año 2011 fue declarada como una Denominación de origen con la cual se pretende proteger los derechos de propiedad intelectual de esta comunidad indígena de artesanos. La titularidad de la denominación está en cabeza del Resguardo Indígena Wayúu.

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