Mi mente, está llena de tejidos, incluso algunas veces antes de dormir y al cerrar los ojos, veo nuevas posibles formas o puntos para elaborar alguna creación, entonces debo levantarme a dibujar. Las ideas me asaltan en los momento más extraños de la vida. Así que siempre debo tener mi croquera a mano. En este caso, la situación es algo parecido, pero no igual, ya que hace años vi este dibujo y se me quedó plasmado en la mente. Al igual que los cuadros de algunos pintores. Que me llevan a inspirarme en algo. alguna cosa, cualquier cosa. Sobre todo si hay luna llena.
Entonces decidí hacer un gorro, nada del otro mundo, algo sencillo; nada especial, solamente impulsada por los fríos de las mañanas, hice tantos gorros de tantas formas y colores, para niños y adultos que solo a algunos logré capturarlos en fotos, porque los tejía y los debía entregar enseguida.
Y así llegaron y se fueron dos inviernos más.
Este diseño en dos y también en cuatro tonos vio la luz hace muucho tiempo atrás, pero hace unos meses, volvió a materializarse en nuevos tonos, colores cítricos y encontró a un pequeño bebe de 10 meses para lucir esplendido.
Agradecemos a su mamá, que permitió fotografiar a su retoño y publicar las fotos de su coqueto pequeñuelo. :)
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